El Bilbao industrial es al hierro como el Bilbao actual se explica por la existencia de miles de trabajos relacionados con el conocimiento y la innovación
Se encuentra en una ciudad que ha sido reconocida internacionalmente como ejemplo de regeneración urbana. En los últimos 20 años ha evolucionado de forma espectacular desde un agotado modelo metropolitano industrial, a una configuración urbanística orientada a los servicios y empresas de tercera generación.
Bajo esta piel quedan los rescoldos físicos y el alma de una ciudad a la que el hierro le llevo a ser, desde el s. XVIII, la de mayor importancia económica del denominado Arco Atlántico (de Oporto a Burdeos).
Como otras ciudades en las que la vitalidad es un factor clave para entenderlas, Bilbao y su comarca son como una cebolla de diferentes capas; la más conocidas son esos espacios que son portadas internacionales y su Casco Histórico.
Pero debajo de esa imagen hay otras muchas, y la que más idiosincrasia aporta es la que deviene de su carácter industrial, en un enclave rodeado de minas de hierro explotadas desde el Imperio Romano. La alta calidad de sus vetas con poca presencia de azufre, su bajo coste y su cercanía a un gran puerto hizo que fuera una materia prima óptima tanto para las ferrerías de Bizkaia como para los hornos Bessemer en la revolución industrial.
Un proceso de innovación que, desde mediados del siglo XIX, y gracias a la acumulación de capital obtenido en las actividades extractivas dio lugar a que surgieran emporios del acero, energía, finanzas, químicos, mercantiles, astilleros, bienes de equipo, enseñanza… Una red industrial intensiva que se ha mantenido hasta nuestros días, aunque la parte productiva más significativa desapareció en los años 80/90 del siglo pasado.
El conjunto aporta un testimonio único de cómo la ciudad y su entorno se "inventó" entre el último tercio del XIX y el primero del XX, y aporta claves con las que entender el proceso de "reinvención" que se vive actualmente, a partir del modelo de ciudad instaurado en esa explosión económica y social. De hecho, las poblaciones alrededor de la ría vieron multiplicada su población por cuatro en tan solo 40 años (1880-1920)
En estos paseos propuestos va a poder observar el patrimonio de época, rehabilitaciones y restos en múltiples facetas: protoindustriales, industriales, arquitecturas fabriles y residenciales, infraestructuras y obras civiles, equipamientos culturales… Se emplea un concepto de patrimonio industrial que no sólo obedece a los muebles e inmuebles productivos, sino que recoge todos los aspectos de la vida desarrollados alrededor de su capacidad de generar riqueza.
Junto a testimonios físicos del pasado fabril, conocerá zonas que quedan fuera del circuito turístico ortodoxo y que hablan, en gran medida, de la esencia de esta ciudad. Bajo sus imágenes más conocidas, hay un recuerdo e influencia de la industria viva hasta hace 30 años y que ha marcado profundamente la forma de ser de sus habitantes, su demografía, su cultura, sus valores sociales…
Estos recorridos no abarcan todos los aspectos de la ciudad, ni siquiera todo el patrimonio industrial; se trata de unos paseos cómodos y accesibles a pie o en un sencillo transporte público que le acercan a un porcentaje importante de las expresiones más notables en este campo.