La fuente de la riqueza de Bizkaia

Esta ruta nos lleva a conocer los restos mineros de la veta de hierro europea más rica y más barata por su explotación a cielo abierto. Un filón muy bajo en fósforo y con una alta concentración de mineral (distintos tipos de hematites conocidos como: la "vena" -60% de mineral-, el "campanil" -55%- y el "rubio" -53%-).

Una riqueza conocida desde la antigüedad, como lo atestiguan los restos romanos encontrados en la zona. El historiador romano Plinio el Viejo (s. I) hablaba de una gran montaña de hierro. "En la parte de Cantabria que baña el mar hay un monte asperísimamente alto todo de hierro, cosa increíble y maravillosa".

En la Edad Media este mineral configuró a su alrededor un auténtico camino comercial con un hierro destinado a toda Europa a través de los monasterios, trayectos que contribuyeron a forjar la imagen del denominado "fierro vizcaíno" manufacturado en sus ferrerías. La explotación intensiva del material se desarrolló a partir de 1865 con exportaciones dirigidas a Gran Bretaña y sus convertidores Bessemer que abarataban considerablemente el coste de obtención del acero; un sistema que requería de un hierro bajo en fósforo, que escaseaba en Gran Bretaña y abundaba en Bizkaia. Esta innovación tecnológica hizo que los capitales extranjeros pusieran sus ojos en los montes de Triano, con una materia prima ideal para ese horno, bajos costes y posibilidad de trabajar a cielo abierto todo el año.

Aquí se aplicaron las más modernas innovaciones tecnológicas mineras de la época con la colaboración de los mejores técnicos e ingenieros europeos

La decadencia de esta famosa veta de 25 km que se adentra en el mar, empezó con el agotamiento de los filones más ricos al crearse importantes siderurgias al pie de la ría de Bilbao y la competencia con otros hierros a raíz de la invención del sistema de hornos Martín Siemens que ya podía trabajar con un mineral con mayores concentraciones de azufre. Lógicamente, esta explotación necesitó de una mano de obra intensiva que comenzó acercándose desde las provincias limítrofes para acabar atrayendo a miles de personas que huían de un mundo rural empobrecido.

Usando el funicular o subiendo el puerto en coche, le proponemos conocer los enclaves extractivos junto a los pueblos y barrios creados en torno a estas minas. Fue la actividad económica que marcó una época y convirtió a Bizkaia en el enclave más próspero de toda la cornisa atlántica.

De ayer a hoy
La Arboleda

Paso 1_ EL FUNICULAR DE LARREINETA

Inaugurado en 1926 (1) tras 5 años de obras, asciende desde el barrio de La Escontrilla en el Valle de Trápaga hasta el de Larreineta en frecuencias de media hora. Es obra del ingeniero de la Diputación Francisco Guinea. El trayecto, a razón de 2 m/s, se cubre en apenas 10 minutos; recorre 1.200 m para superar un desnivel de 342 m con una inclinación del 35%. Podrá ver grandes vistas sobre los valles que desembocan en la ría y el puerto de El Abra.

Originariamente su cometido era transportar a los mineros y los camiones a las minas, ya que el acceso a la zona alta era muy complicado dado el perfil abrupto del terreno. Este funicular posee asimismo una peculiaridad que le destaca con respecto a otros funiculares de la época: en su trazado debe hacer una curva a la derecha para llegar a la estación superior, característica que no poseen muchos funiculares.

Otras peculiaridades están en su ancho de vía de 1.200 mm y en el hecho de que las cajas de viajeros son desmontables. Las carrocerías están emplazadas sobre unas plataformas que las mantienen en posición horizontal y como las dos estaciones de la línea cuentan con puentes-grúa, pueden ser retiradas con facilidad. De este modo, la plataforma quedaba libre, lo que en el pasado permitía transportar vehículos de todo tipo, con una carga máxima de 9,5 Tn.

De hecho, y debido a las deficiencias del camino de acceso a Larreineta, este servicio era utilizado a diario por los camiones de recadistas, pescateros, carboneros, e incluso por el coche de la funeraria. Empleado por más de un millón de viajeros/año, hoy esa cifra se ha visto reducida a 1/3.

La línea fue renovada en 1985 y, hasta hace 15 años, fue el de mayor longitud del Estado. Sus dos estaciones son un buen ejemplo de la arquitectura regionalista de estilo neovasco diseñadas por Diego de Basterra.

Larreineta, historia viva de la minería en Bizkaia